Por primera vez en el mundo***, hemos logrado descubrir la presencia de proteínas de unión a olores en la piel humana. Estas proteínas, que denominamos proteínas sensoriales, se encuentran entre la capa superior de la epidermis y el estrato córneo. Nuestros científicos han revelado que estas proteínas detectan de forma inteligente y eliminan selectivamente los estímulos negativos al atraparlos y eliminarlos.

Identificadas por primera vez en la piel del interior de las fosas nasales, estas proteínas sensoriales desempeñan un papel activo en la determinación del grosor de la barrera epidérmica de la piel. Cuando hay más proteínas sensoriales en la epidermis, la piel es capaz de eliminar los estímulos negativos y proporcionar activamente estímulos positivos para mantener las células sanas. Como resultado, la epidermis aumenta naturalmente su grosor y el suministro de lípidos intercelulares se vuelve más fluido, lo que contribuye a una piel más resistente y de aspecto más joven.

Nuestros investigadores también descubrieron que el número de proteínas sensoriales en la piel disminuye con la edad. Encontrar una forma de mantener su presencia en la epidermis se convirtió en el objetivo de nuestros investigadores.